domingo, 29 de enero de 2012

Métodos del Aprendizaje de la Lectoescritura

La metodología y concepción del desarrollo de la lectoescritura se inscribe sobre tres teorías básicas. Cada una de estas visiones corresponde a su vez a las diferentes concepciones sobre la educación y el desarrollo de las capacidades de los individuos. Si revisamos con cuidado podemos darnos cuenta como cada visión respecto a la lectoescritura se inscribe en una visión educativa más general.


Global.

Esta teoría nace en el siglo XVIII, con Juan Amós Comenio, el cual presenta por primera ocasión las bases pedagógicas del método global.

En este método se argumenta que el alumno aprende a partir de l todo y no a partir de las partes, es decir que es a partir de oraciones o palabras completas y no de letras o sílabas, para que tengan un sentido de contexto las palabras y/o las letras. Para este tipo de visión particular, leer no es un acto mecánico, sino uno de uso de la razón que genera un sentido a lo leído. “Por lo tanto, leer no sólo implica recibir, sino construir la comprensión de lo impreso, interpretando su contenido y descubriendo su significado.”[1]

Este tipo de visión esta emparentada con la piagetiana de la educación que va de lo concreto a lo abstracto y de lo general a lo particular. Se argumenta que el alumno debe entender primero el todo, para después entender sus partes y como se relacionan con el todo. Es decir construir o reconstruir su concepción a partir de la nueva información y la comprensión de la misma.

Este método se apoya en el aprendizaje de la lengua hablada, es más, se le concibe como una extensión de la misma. Este tipo de enseñanza pasa por la comprensión evitando la mecanización de los textos. Desde un inicio la lectura debe pasar por el entendimiento y raciocinio; no por la mera memorización mecánica de sonidos. Este método cuenta con la ventaja de ser sumamente flexible, lo cuál permite al maestro aprovechar cualquier tema de conversación que pueda ser interesante o relevante para el alumno. “En éstos métodos es característico el estudio de estructuras complejas significativas (frases, palabras) para que al final del proceso el niño sea capaz de conocer y distinguir los elementos más simples (sílabas y letras) a través de las sucesivas descomposiciones analíticas que va efectuando de dichas estructuras complejas. Lo importante en éste método es valerse de las inquietudes, motivaciones e intereses de los alumnos para proponerles experiencias de aprendizajes que partan sólo y exclusivamente de contextos y situaciones significativas para él.”[2]

En este tipo de enseñanza, al igual que en la palabra generadora, no se distingue la enseñanza de la lectura y de la escritura, sino que se les concibe como parte de un mismo proceso. Al principio el alumno copia la escritura como un dibujo, por medio de la distinción de las grafías poco a poco convierte estas en escritura legible. Los alumnos emplean su propio vocabulario, de tal manera que las frases que escriben o leen tienen una referencia directa a ellos, ellos mismos construyen estas frases y por lo tanto le son más significativas que la repetición de frases que pueden no tener nada que ver con su realidad y preocupaciones.

En resumen, este método parte de los intereses y preocupaciones del propio alumno que funciona como motivador para el aprendizaje. De inmediato incorporan el concepto de que la lengua escrita no es una tarea impuesta, sino que es un método por medio del cual pueden comunicarse con los demás.


Onomatopéyico



Dirige su atención hacia que los alumnos conozcan y relacionen las letras o silabas con su sonido y a partir de conocimiento puedan construir palabras y posteriormente oraciones. Se fundamenta en el trabajo del análisis y la síntesis. El alumno debe leer aquellos elementos que va conociendo a través del método. Los elementos, en este caso las letras, se buscan en palabras donde se presente la letra correspondiente y que el alumno pueda identificarla como un elemento de la palabra. En este método se inicia con la identificación de un sonido por ejemplo:
- “El sonido de la serpiente es: “SSSSSSSSSSSS”,
una vez hecho esto el grupo deberán pronunciarla. Esto se logra respondiendo a la instrucción de
- “¿Cómo hace la serpiente?
Ellos responderán:
- “SSSSSSSSSSSSS”
Este método ejercita simultáneamente el oído, la voz, la vista, la mano y la inteligencia.

Posteriormente buscan palabras en las que se encuentre dicha letra, para que el alumno identifique el sonido dentro de la propia palabra, deberán leerla y por último escribirla.


Constructivista social



Como principio afirma que el conocimiento del lenguaje oral crea una estructura mental propia que permite trasladarla a un código gráfico (escrito). La lengua oral permite a las personas el intercambiar ideas, cumpliendo una función comunicativa. Al mismo tiempo que esta provee al infante del conocimiento básico de las funciones y la lógica de le lengua como menciona Margarita Gómez Palacios “Los recursos que provee para la comunicación el sistema de la lengua (significados, elementos léxicos y gramática)…” y continua “En el análisis de las expresiones, los niños se percataran de la concordancia gramatical (de género, número y persona) que existen en todas las formas de organizar el lenguaje. La reflexión de esta norma lingüística les permitirá cuidar el uso del lenguaje, sobre todo en la escritura, para que ésta sea clara.”[3]

Nos hemos inclinado por utilizar como base teórica esta teoría. Debido a que nos parece aquella que refleja mejor la realidad del proceso de aprendizaje de los infantes y es más acorde a los presupuestos institucionales. Sin embargo la propia experiencia laboral y social nos indica que no por ello debemos desechar las observaciones y recursos que nos ofrecen las otras dos teorías. Es decir, no dejar de considerar el trabajo a partir de la socialización del conocimiento y de las estructuras mentales y conocimientos previos. Para lograr un buen seguimiento del proceso lector de nuestros alumnos, debemos encontrar en cada uno, la particular forma de codificar y decodificar el lenguaje escrito y aprovechar aquellos conocimientos que maneja naturalmente, para complementar aquellos que aún no han logrado formalizar el proceso de lectoescritura.

Según la teoría establecida por Emilia Ferreiro, el aprendizaje de la lectoescritura es un proceso que corre de modo natural durante la vida de los infantes. Este proceso consta de varios periodos y cada periodo se divide en distintas etapas las cuales pasaremos a explicar enseguida:
La adquisición de la lectoescritura se divide en tres Periodos:
Presilábico
Silábico
Alfabético

El periodo presilábico se divide en dos partes:
Escrituras no diferenciadas
Se divide en cuatro etapas:

Representación Primitiva
Escritura unigráfica
Escritura sin control de cantidad
Escritura Fija

Escritura diferenciada

Se divide en cinco etapas:

1. Secuencia de repertorio fijo con cantidad variable
2. De cantidad constante con repertorio fijo parcial
3. Cantidad variable y repertorio fijo parcial
4. Cantidad variable y repertorio variable
5. Cantidad y repertorio variable y presencia de valor sonoro inicial

El Periodo Silábico, que si bien no se divide en etapas si muestra tres distintos momentos muy bien caracterizados.

Por último el periodo alfabético cuenta con las mismas características que el anterior. Se muestran dos momentos con claras características, se le podría denominar como etapa no convencional y convencional. (Vease sig. Esquema).




PERIODO
SUBPERIODO
ETAPA
Presilábico




Representación primitiva
Escritura unígráfica
Escritura sin control de cantidad
Escritura fija
ESCRITURAS


DIFERENCIADAS

Secuencia de repertorio fijo con cantidad variable
Cantidad constante con repertorio fijo parcial
Cantidad variable con repertorio fijo parcial
Cantidad variable y repertorio variable
Cantidad y repertorio variable y presencia de valor sonoro inicial
Silábico

SILABICO


1ra
2da
3ra
SILABICO
ALFABETICO




ALFA
BETICO
ALFABETICO

NO CONVENCIONAL
CONVENCIONAL


El primer periodo es llamado presilábico, este periodo se caracteriza por la falta de control en el número de signos que utiliza el infante para representar cada palabra. Durante este periodo podemos encontrar dos grandes divisiones la primera y más primitiva es cuando el niño tiene una escritura no diferenciada. Esto quiere decir que si bien en sus etapas más avanzadas es capaz de utilizar varias grafías convencionales, es decir letras, estas no corresponden a sonidos silábicos ni comprende como el modificar la posición de las letras afecta los sonidos de estas. Esta primera parte del primer periodo se divide en 4 etapas.

La primera y más primitiva etapa es cuando el niño integra las grafías a los dibujos. Es decir que mentalmente aun no es capaz de distinguir la diferencia entre letra y dibujo, inclusive en esta etapa si lo escrito no contiene un dibujo que lo represente para el niño no dice nada. A esta etapa se le llama PRIMITIVA.

La segunda etapa se le llama de ESCRITURA UNIGRAFICA en esta etapa el alumno ya distingue símbolos de dibujos. Y representa las palabras con un solo signo el cual puede o no ser una letra.

La tercera etapa se llama ESCRITURAS SIN CONTROL DE CANTIDAD. En esta etapa el alumno descubre que las palabras son un conjunto de signos y que un solo signo no dice nada. En este periodo repite signos o letras una y otra vez sin control, en general lo único que detiene la escritura de grafías o signos de escritura es cuando se termina el espacio en el papel. En esta etapa puede utilizar signos que no son letras, una letra o dos o más alternadas para escribir lo que desea.

La cuarta etapa y última de esta primera parte del primer período se le denomina como de “ESCRITURA FIJA.” En esta etapa el alumno considera que con menos de tres signos que generalmente son letras, no forma una palabra y por lo tanto no dice nada. Aún no intenta diferenciar su escritura, es decir, dar un sonido a cada grafía y de acuerdo a el establecer un orden que le permita decir algo, por esta razón es muy común encontrar conjuntos de palabras iguales a fin de denominar distintas palabras, ya que lo único que distingue una de otra es la intención de lo que se desea escribir.

La segunda parte de este primer periodo se llama DE ESCRITURAS DIFERENCIADAS. Cuando se habla de escritura diferenciada se refiere a que el alumno descubre que cada palabra lleva un orden específico y que las letras representan sonidos específicos.

La primera etapa de esta parte se le llama SECUENCIA DE REPERTORIO FIJO. En esta etapa la representación de las grafías son siempre las mismas y en el mimo orden, lo que determina la diferencia entre la representación de una palabra y otra es el que se aumentan o se quitan algunas de estas.

La segunda etapa del segundo periodo es llamado de CANTIDAD CONSTANTE CON REPERTORIO FIJO. En esta etapa el niño representa las palabras con una constancia casi fija de grafías. Sin embargo algunas de las grafías que acompañan a las palabras variaran de posición. La diferencia estriba en el orden que guardan las grafías, aunque son básicamente las mismas.

La tercera etapa se llama CANTIDAD VARIABLE CON REPERTORIO FIJO PARCIAL. En esta etapa una parte de las grafías se presentan como fijas. Es decir, siempre se presentan en la misma posición y otras grafías varían de lugar, al mismo tiempo que la cantidad de las grafías.

La cuarta etapa es la de CANTIDAD CONSTANTE REPERTORIO VARIABLE. En la cual de nuevo el alumno regresa a escribir con una cantidad constante de grafías. Sin embargo, comienza a recurrir a recursos de diferenciación cualitativa. A partir de aquí las grafías cambian tanto en su orden como en las grafías utilizadas.

La quinta es llamada de CANTIDAD VARIABLE CON REPERTORIO VARIABLE. En esta etapa controla el número y el tipo de grafías utilizadas con el fin de diferenciar una palabra de otra. En esta etapa empieza el alumno a coordinar el problema de cantidad de grafías y del tipo de grafías a utilizar a fin de representar las palabras.

La sexta y última etapa es la de CANTIDAD VARIABLE Y PRESENCIA DE VALOR SONORO INICIAL. En esta, da inicio la correspondencia sonora con la letra inicial de la palabra. Esta letra gana su valor formal y deja de ser aleatoria o fija. El resto de la palabra continúa siendo variable tanto en su cantidad de letras como de grafías utilizadas.

El segundo periodo es llamado SILABICO el cual consta de tres etapas distintas. En la primera etapa del periodo silábico no existe correspondencia entre cada una de las partes de la palabra con las grafías utilizadas, sin embargo, esto comienza a perfilarse en algunas partes de la palabra. Aunque no necesariamente de modo constante, es decir que una grafía en una palabra puede corresponder al sonido de la sílaba y en otra no.

En la segunda etapa silábica el alumno hace corresponder a cada sílaba una grafía.

En la tercera el alumno considera que los monosílabos, como la palabra “sol” se escribe con una sola grafía, sin embargo, al mismo tiempo el alumno sostiene la idea de que una sola grafía no dice nada, por lo tanto aumenta su número de acuerdo a esta idea.

Así en la última etapa del periodo silábico, el alumno conoce un buen número de letras y les da un valor sonoro silábico. En esta etapa pasa a utilizar básicamente las vocales y les da el valor silábico de la misma. Es decir que por ejemplo la letra a puede representar tanto la silaba “la”, “pa”, “ma”, “sa”, “ ra”, o cualquier otra que contenga el sonido “a”. Sin embargo, sucede lo mismo con las consonantes, por ejemplo la letra “f” podría representar a “fa”, “ fe”, “fi”, “ fo” o “fu”.

Después sigue el periodo SILABICO ALFABETICO, el cual se caracteriza porque el alumno en la misma escritura coexisten tanto formas silabicas como alfabeticas, es decir, combina la idea de que cada grafía representa una sílaba y en ocasiones que cada grafía representa una sola letra. En esta etapa se establece la correspondencia entre la palabra y la letra.

El último periodo es llamado ALFABETICO se divide en dos etapas. La primera llamada alfabética no convencional, en la cual, si bien el alumno ya comprende que la sílaba esta compuesta por varias letras que pueden ir de una a cuatro, representa las letras; pero aún no controla la correspondencia con su sonido.

La última etapa es cuando el alumno escribe de modo fonológico, pero no ortográfico, esto quiere decir que desconoce ciertas singularidades del idioma, como son el uso de la “s” y la “c”, la “q” y “k”, etc. En este momento el alumno manifiesta la comprensión de una de las características fundamentales de nuestra escritura, la relación entre los sonidos y las letras. Sin embargo, aún no tiene una escritura completa. Por ejemplo, en el dictado de una oración no es capaz de segmentar las palabras y establecer relaciones gramaticales entre ellas. Generalmente el padre de familia y el maestro a partir de estas dos etapas es cuando califica al niño de capaz de leer y escribir. Esto trae consigo ciertas imprecisiones si entendemos que la lectura y escritura son la representación gráfica de las ideas, conceptos, palabras etc. El alumno desde la primer etapa, la primitiva hasta la última lee y escribe, solamente que no ha adquirido las formas convencionales para hacerlo. Sin embargo este proceso a pesar de lo que ciertos padres de familia creen no termina aquí, de esta etapa se tiene que pasar al concepto de palabra y de oración. Esto significa que: “La descodificación alfabética es tan sólo un primer paso y ésta ha de hacerse con textos significativos para el lector y muy especialmente para el niño que comienza su alfabetización.”[4]


Generalidades de la Evaluación


La prueba se divide en dos etapas, una etapa de escritura y una de lectura. Invariablemente deberá de ser aplicada de modo inicial la prueba de escritura. Esta prueba de escritura comprende el dictado de palabras, enunciados y escritura libre.

Cada evaluación consta de siete palabras que pertenecen a un mismo campo semántico, es decir que se encuentran relacionadas entre si de acuerdo a su significado. Estas palabras o grupos de palabras pueden ser modificados de acuerdo a contextos sociales específicos, es decir, si en una comunidad específica el nombre utilizado en el listado de palabras no tiene mucho significado para el grupo a evaluar podría cambiarse de palabra e incluso de campo semántica. Si el cocodrilo fuese una especie animal no conocida, ni de forma referencial en una comunidad deberá de buscarse otra palabra con las mismas características silábicas pero que sea un mejor referente de acuerdo a la cultura del lugar. Así pues, “al-me-ja” esta formada por tres sílabas la primera formada por vocal y consonante, así que se podría sustituir por “ár-bo-les” por ejemplo, “pa-to”, por “pi-no”, etc.

A partir de la segunda evaluación, deberán ser incluidas dos palabras del dictado anterior con el fin de poder comparar con precisión el avance de los alumnos. En relación al dictado de oraciones, las primeras dos oraciones deben ser simples y posteriormente se deben ir complejizando.


Un ejemplo de una oración simple seria:

“El perro ladra.” / “El caballo corre rápido.”

Por último en la etapa de escritura libre habrá que pedir a los alumnos que escriban lo que quieran sobre un tema específico. Por ejemplo:

- “Escribe algo sobre el animal que más te gusta o escribe algo sobre tu escuela”.

El tema debe ser un tema con el cual el alumno se pueda sentir identificado y que conozca bien; no podemos pedirle al alumno de ciudad que escriba sobre las vacas o la siembra, ni a un alumno de una zona rural sobre los museos o los aeropuertos.

Antes de iniciar nuestra evaluación debemos preparar el ambiente, los materiales y prever posibles situaciones:


TIEMPO
• Mínimo 15 minutos
• Máximo 45 minutos por alumno

ESPACIO
• Suficiente
• Iluminado, preferentemente con luz natural
• Ventilado
• Sin abecedarios pegados
• Evitar distractores como música, otros niños en el mismo espacio, ruido excesivo, etc.

DEL NIÑO
• Previo almuerzo o desayuno
• Buen estado de salud
• Descansado
• Al inicio de clases
• Antes de una actividad física vigorosa



PARA INICIAR
• Establecer contacto con el niño
• Mostrar interés en él
• Brindar confianza
• Sonreír de modo constante
• Mostrar interés en lo que nos comente

MATERIAL

• Hojas blancas
• Lápices
• Formatos
• Sacapuntas
• Borrador
• Láminas de lectura







Programación de la Evaluación y Seguimiento


La primera y segunda evaluación deberá de hacerse uno a uno. Es decir de persona a persona, se estima que en promedio el tiempo de aplicación será de entre 20 y 30 minutos por niño. Es importante prever este tiempo para fin de poder realizar todas las evaluaciones. De acuerdo a la experiencia adquirida durante el proceso de trabajo de esta metodología sugerimos iniciar el proceso antes del inicio de clases para la primera evaluación, y la segunda de ser posible antes de salir a vacaciones de diciembre. Para preparar el proceso se debe convocar a una reunión en junio o julio con los padres de familia de alumnos que ingresan a primer y segundo grado de primaria. Para organizar y capacitar a un grupo de aplicación de las evaluaciones al inicio de clases.

De ser posible, es prudente citar a los alumnos de primero y segundo unos días antes del ingreso a clase para iniciar con las aplicaciones evaluatorias para que una vez iniciado el ciclo escolar contar con los datos y resultados de la evaluación inicial y permitir al maestro planear de mejor manera su intervención.

Durante el proceso de capacitación es importante brindar confianza a los padres de familia e involucrarlos en el proceso, con la intención de promover la participación, y el compromiso con la escuela de sus hijos. Una vez acordado quienes serán los padres de familia que participaran en el proceso, se convoca a dos reuniones de capacitación. Los padres deberán determinar el horario y lugar para el mismo de acuerdo a sus posibilidades. El objetivo de la capacitación es aprender a aplicar los formatos de evaluación de forma correcta, así como dar un panorama claro y escueto de las etapas del proceso de lectoescritura por las cuales pasa cada alumno en su aprendizaje. Se pretende que además de apoyar en aplicar la prueba, identifiquen en cuál etapa del proceso se encuentran sus propios hijos, y adquieran conocimientos y herramientas para el apoyo en el proceso de lectoescritura de sus hijos.

Los espacios con los padres de familia deben ser por definición agradables y productivos. Generando relaciones cordiales y de confianza para que después nos permitan una mejor interacción e intercambio.

En la capacitación, además de los contenidos planeados, se establece un cronograma de aplicación de los instrumentos para la claridad y seguimiento del proceso. Se sugiere de tres a cuatro aplicaciones por año escolar. La primera al inicio del ciclo escolar o al ingreso de un alumno. La segunda entre enero o febrero. La última al final del ciclo escolar. Deberán de hacerse acuerdos pertinentes para tener reuniones de capacitación y de aplicación en cada una de las evaluaciones. En el caso de que el grupo de padres sea el mismo, se sugiere ampliar el programa, en cuanto a los conocimientos del aprendizaje de la lectoescritura; igual modo se puede aprovechar para recuperar y socializar las experiencias y problemas presentados durante las evaluaciones anteriores.

Las capacitaciones deben ser breves e intencionadas a lograr que los padres puedan llevarlos a cabo de modo correcto, evitando alteraciones significativas en los resultados de las mismas.


Administración de la Prueba

Uno de los mayores problemas con los que se enfrentan los aplicadores es la resistencia de los niños a escribir. Al percibir que están a prueba o que se evaluará su desempeño, el alumno normalmente tiende a rechazar la situación e intenta dar las respuestas que el aplicador espera en lugar de concentrarse en su propia experiencia de lectoescritura. Por esta razón es conveniente presentar esta evaluación como un juego o como una tarea en la cual nos van a ayudar ellos.

Se sugiere que cuando llega el alumno lo primero que debemos hacer es preguntar su nombre de pila para establecer un mínimo de confianza. Preguntarle algunas cosas como
- “¿Quien es tu maestra?”
- “¿Qué te gusta hacer?”,
- “¿A que equipo de FUT le vas?”, etc.

Debemos platicar un poco con ellos y luego explicar que los hemos llamado para hacer un trabajo, pero para poder hacerlo necesitamos que ellos nos ayuden. Una vez hecho esto se le explica que la ayuda consiste en que nosotros les vamos a decir unas palabras y ellos van a tener que escribirlas. En muchas ocasiones el niño responde:
-“pero yo todavía no se escribir.”
En ese momento debemos de brindarle mayor confianza diciéndole
- “Mira no te preocupes no es tan difícil como tu crees, vas a ver como si vas a poder muy bien.”
Enseguida se le pide que en la hoja en blanco escriba su nombre. En su mayoría los niños de estas edades ya lo escriben de un modo u otro, al hacerlo habrá que alentarlo diciéndole algo así como:
- “Ya vez, no que no sabias escribir, mira que bien escribiste tu nombre aquí”, “lo hiciste perfecto”, etc.
Este es un momento muy importante de la aplicación de la prueba, fundamental para el buen desempeño del alumno. Es absolutamente necesario, para brindarle confianza y colabore con la misma.

Al inicio del dictado se debe explicar que campo semántico, o grupo de palabras, va a tratar el dictado, por ejemplo:
- “Les voy a dictar nombres de animales.”
En caso de no ser el primer dictado deberemos agregar:
- “En esta ocasión además te voy a dictar dos palabras que ya escribimos la vez pasada.”
Cada palabra deberá de ser dictada de forma clara y precisa sin separar sonidos o silabear. Debemos cuidar nuestra entonación e indicaciones. Cuando el niño pregunte si se escribe de cierta manera una palabra específica y ya la ha escrito solo hay que pedirle que nos diga que escribió y si repite la palabra que le hemos dictado solo decir que lo hizo muy bien. En caso que mencione otra palabra distinta debemos pedirle que escriba la palabra correcta. En el caso de que aún no haya escrito la palabra indicada y nos pregunte algo así como:
-“¿Con que letra va perro?”
o “¿Cómo se escribe gato?”
Se debe de responder:
-“Haber piensa tu, ya escribiste tu nombre con cuales letras crees que se escribe gato, o con que letra piensas que empieza perro, etc.”

Se presenta frecuentemente el caso en que al alumno se le solicita escribir la palabra caballo y pregunta:
- “¿Se escribe con “ca” de “casa”?
En este caso solo debe responder de manera positiva. En otros casos, por ejemplo, está escribiendo cocodrilo puede preguntar:
- “Esta es la “dri”
Señalando alguna letra de su nombre que no corresponde, el evaluador debe de estar muy conciente de sus propias expresiones y responder no solo de modo verbal, sino también de modo corporal con un simple
- “¿Tú que piensas?”
o “¿Tú que crees?”.
Es importante recordar que el alumno esta construyendo su propio lenguaje escrito y es una ruta compleja hasta descubrir la escritura convencional. Al llegar a la etapa de dictarle la oración se debe hacer lo mismo que con las palabras. Es importante el dictar con voz clara, pausada, pero natural, no debemos ni separar sílabas, ni palabras de modo artificial. En caso de ser necesario repetir, debemos de hacerlo con la oración completa y no solo una parte de ella.

Se debe tener sumo cuidado en el proceso de escritura del alumno, observar sus expresiones faciales, su comportamiento, si tiene o no movimientos reiterativos, etc. En el caso de que el alumno se exprese verbalmente observar si reflexiona a cerca de la palabra completa, si separa sílabas, si cuestiona sobre letras o sobre sonidos (sílabas o grupos de silabas), cuando escribe una grafía, si corresponde a una letra un sonido, una palabra, un grupo de sílabas, un grupo de palabras o a ninguna de las anteriores.
Si habla con nosotros, observar diálogos en relación a la tarea. Una vez terminado el proceso de escritura de cada palabra, de la oración o de escritura libre, se le debe solicitar que lea la palabra que escribió. En muchos de los casos el alumno únicamente reproduce verbalmente lo que escribió. Si es así habrá que indicarle que se ayude con su dedito para leer lo escrito.
- “Ahora, léemelo con tu dedito.”

En este punto es importante tener cuidado con la lectura ya que esta ofrece pautas significativas que indican como está construyendo su escritura. Algunos de los datos a observar son: la relación entre grafías y sonidos, separación de sílabas y/o letras. En el caso de que la lectura no corresponda al dictado deberá pedírsele al alumno que corrija:
- “Ahora lee lo que me escribiste –
donde habíamos dictado por ejemplo caballo-.
El alumno lee:
- “Gato”.
debemos responder por lo general algo similar a:
– “muy bien ahí dice gato pero yo quiero que diga caballo.”
En esta situación por lo general el alumno puede responder:
- “Me equivoque, aquí dice caballo”.
Si esta es la respuesta del alumno debemos pedirle que lo lea correctamente de nuevo. En otro caso se le solicita corrija su escritura y una vez corregida se le debe de pedir que la lea de nuevo.

Por último cuidar que el salón o espacio en que nos encontremos no existan abecedarios ya que esto podría alterar los resultados de la prueba. Al mismo tiempo evitar que el alumno sea evaluado por un pariente cercano ya que los padres o hermanos tienden a tratar de corregir y ayudar a su familia para que obtengan mejores resultados.

Una vez terminada la fase de dictado se procederá a pedir al alumno que lea. Se presentan en cada prueba de lectura seis fichas, de las cuales tres contienen una imagen relacionada con lo que esta escrito y las otras tres que dicen lo mismo que las anteriores, pero sin imagen. De estas seis dos de estas fichas contienen una oración simple mientras en las cuatro restantes una sola palabra.

Primero se le presenta al niño un texto sin imagen alguna y se le pide que intente leerlo preguntándole
- “¿Qué crees o te imaginas que dice aquí?”
y entonces se registra la respuesta, inmediatamente después se le pregunta
- “¿Cómo sabes lo que dice?”

Esto nos permitirá saber si se baso en alguna de las características del texto. Por ejemplo la letra inicial o final, número de palabras, numero de letras, etc. A continuación se le pide que lo repita pero ahora acompañando la lectura con el movimiento de su dedo. Este ejercicio brinda más información sobre el proceso lector. En caso de que el niño diga una palabra diferente, se anota y se le pregunta como lo supo.

En el caso de que el alumno descifre correctamente lo escrito, entonces se le pregunta
- “ahora dime ¿que dice?”

En el caso de que el niño nuevamente vuelva a leer, se le pide:
- “muy bien lo leíste muy bien ¿pero que dice?”

Se registra si pudo o no integrar la palabra. Después de esto, se le presenta el mismo texto con una imagen de apoyo. Lo cual permitirá al maestro saber si interpreta el texto en función de la imagen o simplemente omite las propiedades del mismo. Con las oraciones se le pregunta además de lo anterior:
- “¿cuantas palabras tiene?”
para saber si reconoce la diferencia entre palabra y letra.

También deberemos preguntar por mas de una palabra para saber si reconoce la estructura de las mismas y su posición dentro de la oración.

En el momento de aplicar la evaluación, el aplicador debe de tener preparado el material, consistente en: hojas de vaciado, hojas blancas, lápiz, borrador y sacapuntas. Siempre iniciar la prueba llenando los datos de la hoja de vaciado y pidiendo al alumno que escriba su nombre en la hoja en blanco. Se le debe permitir usar cuantas hojas requiera y no se debe de indicar en donde escribir su nombre. En el caso de que utilice más de una sola hoja en cada hoja el alumno deberá de escribir su nombre. El aplicador debe tener a la mano la hoja de vaciado para llenar la información correspondiente de cada ejercicio. No deberá de pasar al siguiente ejercicio hasta no haber llenado todos los espacios que correspondan a cada uno. Una vez hecho esto, tanto con los de lectura como de escritura, se debe llenar inmediatamente la hoja de “clima general de la evaluación”. Al finalizar se engrapan las hojas y se ponen en un carpeta con los generales del alumno para su expediente.

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